Thursday, September 07, 2006

Continuidad de las palabras

Ser irrefrenable que atrás no elige quedarse. Sus cenizas vuelan en ciénagas noches, hiperbólicamente.
A pesar del azul del cielo, tormentas de verano se esconden tras los cerros nevados. La helada sobre cuerpos inertes lastima el alma. Hacen falta abrazos cálidos que se enrosquen en lánguidos estuarios.
El lago nos mira, te mira. La luna está en tu frente, en tus cejas, en tu iris.

Si despertaras, podrías escuchar tu música, la nuestra.

Ser irrefrenable, plaga maldita...
Te veo llorar y me pongo yerma, tierra infértil, seca.
Que lo bello se perpetúe.
Que el mal presagio sólo sea un naufragio.
Mis ojos permanecen cerrados.
No es menester la vista para despejar remordimientos.
La memoria se ha fraguado. Apenas recuerdo la última palabra y eso me basta para continuar.
Y sigo,
continúo,
avanzo,
adelante,
sigo...
Poesía publicada en "El decir textual", tomo 3. Editorial de los Cuatro Vientos. Abril, 2007. (En la Feria del libro: pabellón azul, stand 305)

2 comments:

Pol said...

sin dudas estas palabras producen en mi conciencia el deseo mas profundo de explanar en otro espacio, de ser parte de otra realidad, de escapar sin ser perseguido....
La poesia como vía de escape.
La luz nocturna no le llega a un ser que aborrece la urbe...como tal asisto a este momento de goce, de relajacion, extirpando con tus palabras cualquier deseo negativo.

maría said...

la noche de hoy ha estado llena de elogios!
danke!!